Si has tenido alguna vez la experiencia de pedir una hipoteca en un banco habrás oído hablar de la tasación. La tasación es el documento que se redacta para saber el valor real, no solo de una vivienda como domicilio de una familia, sino que también se puede necesitar saber el valor de un local, una oficina, o incluso de un solar o un terreno para construir.
Pero no siempre necesitamos una tasación para pedir una hipoteca. Aquí tienes otros ejemplos muy frecuentes:
- Se puede necesitar una tasación cuando una familia recibe una herencia, o cuando una pareja se divorcia, o incluso cuando unos socios se quieren ir de la empresa familiar, en estos casos resulta indispensable poder hacer una distribución igualitaria de los bienes repartidos.
- Otras veces se necesita la tasación porque siendo propietario de un barco, avioneta/avión, tractor o vehículos en general se puede utilizar como garantía de un préstamo y se quiere aportar el dinero al capital de una empresa o de un proyecto que, obviamente, necesita ser contabilizado de forma exacta y adecuada.
- Si tienes recuerdos familiares valiosos como joyas, obras de arte o antigüedades también puedes utilizar una tasación como medio de obtener un valor objetivo y alejado de nuestros sentimientos.
- Finalmente, aunque no sea muy conocido por el público en general, una empresa tasadora realiza también tasaciones oficiales de cosas inmateriales como son las patentes o las concesiones administrativas, lo cual facilita valorar económicamente cualquier activo no real para aportarlo de manera justa y objetiva a la obtención de financiación o como nueva garantía para los que ya nos han concedido préstamos.
Ten en cuenta también que tanto los bancos como las administraciones Públicas solamente admiten tasaciones oficiales como manera de valorar un bien para que se pueda aportar como medio de pago de una deuda o para liquidar impuestos en el caso de haya discrepancias entre lo declarado y lo que realmente hay que pagar.